BRIGTH - Ichinen Nikagetsu Hatsuka [3/4]


Sí así que van a ser 5 xD y esto se volvió un miniserial JUAJUAJUAJUA *la patean mal* Bueno, xD aquí ta. Bien, kétchup ámame.
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- Venga – la voz del castaño susurra en su oído.

Sus manos continúan tocándole de arriba abajo, avecinando más y más su orgasmo. Jaejoong aferra sus uñas a sus hombros.

- Dios…voy a – gime contra la piel de la clavícula del castaño, mordiéndole para disimular los gritos obscenos que tiene detrás de la garganta.

- Venga – Max vuelve a decirle, hálito caliente y perfecto contra la piel su cuello.

Y Jaejoong está tan cerca, tan cerca, casi ahí…

Pero todo se vuelve blanco de pronto, del exacto color del techo de su habitación. A Kim le toman un par de segundos entender qué carajos está sucediendo y para cuando lo hace el sonido del teléfono, que probablemente es el que lo despertó en un principio, vuelve a sonar.

- Joder – jura bajo su aliento.

Tiene una erección del tamaño de la torre de Tokio debajo de sus pijamas, no tiene que bajar la mirada para verla, la siente golpeando su maldito abdomen.

- Joder, joder, joder – vuelve a jurar con las mejillas rojizas, ráfagas de rabia se cocinan en su estómago.

Y es que no puede anotar ni siquiera en sueños. Vaya que esto es triste.

El teléfono vuelve a sonar y Jaejoong solo se estira como puede para tomar el teléfono.

- ¿Bueno? – responde rudamente porque joder ¿un minuto más costaba mucho?

- Alguien amaneció con el pie izquierdo.

Es Yoochun, por supuesto que es Yoochun.

Jaejoong gruñe dejándose caer boca arriba de vuelta sobre su colchón.

-  No es tan temprano – Yoochun le dice arrastrando el adverbio como para excusarse cuando Jaejoong no le responde absolutamente nada por enteros 5 segundos – ¿hyung? – le llama esta vez con un tono bajo – ¿estoy interrumpiendo algo?

Jaejoong inspira sonoramente por el auricular.

- ¿Lo estoy? – el pelinegro le pregunta esta vez con voz pequeñita.

- No, Yoochun – Jaejoong le gruñe – estoy tan solo como puede ser – Kim le explica como si fuera la cosa más obvia del mundo, porque así de triste es su vida.

Pero esa es la menor de sus preocupaciones ahora, en lo único en lo que está empecinado ahora es en mantenerse muy quieto, su amiguito le pide atención incesantemente y no hay forma de que Jaejoong vaya a encargarse de “eso” con Yoochun del otro lado de la línea, oh dios, le pone enfermo el solo pensarlo.

- Ahm bien en ese caso…como que estamos afuera de tu puerta – Yoochun le informa.

Jaejoong tapa el auricular para mandar a la mierda la vida y todos y cada uno de sus habitantes, empezando por cierto castaño.

- Vale, espérenme un segundo – le dice, colgando antes de que Yoochun pueda decirle algo más.

Se lleva una mano a la cara y se la estira lo más posible mientras tira el teléfono a donde caiga.

- Hijo de puta – masculla – hijo de mil putas.

Kim se levanta e inmediatamente va a por el buzo más holgado que pueda encontrar entre sus cajones y se lo pone encima junto a una polera que le llega a mitad del muslo antes de salir de su habitación y ¡oh sorpresa! intersectar a sus amigos en la sala. Jaejoong sabe que tienen copias de la llave de su depa así que no sabe porque siquiera se sorprende.

- Luces fatal – Junsu le dice, porque el chico se siente así de honesto esta mañana, aparentemente.

- Tu sinceridad me deslumbra – Jaejoong le responde.

- Así soy yo – el rubio le dice encogiendo los hombros y alzando una mano para recibir el emparedado que Yoochun acaba de prepararle con las cosas de la refri de Kim.

Dejaron de usar el “por favor y gracias” siglos atrás. Y el concepto “mi casa es tu casa” ya es algo bastante literal para ellos.

Jaejoong rueda los ojos.

¿Cómo se supone que se deshaga de ellos?

- ¿Recuerdas a Ryan? – Yoochun le pregunta untando otro pan con mermelada, que Jaejoong supone es para él, así que se acerca como quien no quiere la cosa  – ya sabes el chico que te sacó del closet.

Jaejoong piensa que existen mil maneras diferentes de haber dicho eso pero está tratando con Yoochun después de todo.

Y por supuesto que le recuerda, Ryan fue el chico que le había enseñado que querer era puro en sí mismo y que nadie tenía derecho de llamarle adjetivos por hacerlo. Ryan había sido el primero. Pero tuvo que regresar a Japón muy pronto por las exigencias de sus padres, estaban a penas en prepa, Jesús, demasiado jóvenes como para pretender independizarse. Había sido una lástima en realidad Jaejoong no puede recordar más que sonrisas a su lado.

El pelinegro Kim asiente en reconocimiento y estira las manos para recibir el sándwich que Yoochun le está ofreciendo.

- Ayer estábamos en este bar y nos topamos con él – le dice con una sonrisa – dijo que está de vuelta para bien, ha terminado todos sus estudios en Japón y sabes que más – Yoochun hace una pausa dramática.

Pero Junsu no puede aguantarlo más y se apresura a decirle.

- Dijo que nunca pudo olvidar Corea del todo – le dice.

Jaejoong asiente.

Sus amigos asienten también con expresiones que asustarían a cualquiera. Oh….quieren una respuesta.

- Eso está bien ¿supongo? – es lo que Kim les dice con la boca llena de emparedado.

Yoochun no parece entenderle.

- Compañero, estamos hablando aquí del único chico sin trastornos de la personalidad en la que alguna vez te has fijado,  y está de vuelta en Corea, y tú estás soltero…y él está soltero – Yoochun arrastra las palabras como si haciendo ello fuera a convencer a Jaejoong de algo.

El pelinegro entonces recuerda ¡oh cierto! nunca se los dijo ¿o sí? La última de sus grandes ideas. Su cruzada en las tierras de “se van todos la mierda, muchas gracias”

- Han pasado años, ya no siento lo mismo – Jaejoong le explica esperando infructuosamente contentar con ello a Park.

- Donde fuego hubo cenizas quedan – Yoochun canturrea.

Jaejoong suspira. Vale, no hay forma de que Yoochun vaya a dejarlo ir así que tiene que ser honesto con él.

- No planeo…no quiero, esto no es contra ustedes algo pero ahm…he decidido…ahm… no volver a salir con nadie – les dice.

Hay un largo silencio después de su declaración.

Jaejoong siente ganas inexorables de coger el adorno de una de las repisas cercanas y noquearse con el susodicho.

Gracias a Dios el teléfono de Junsu suena antes de que él cometa suicidio /Yoochun pueda flipar a mitad de su cocina.

Junsu no quiere ser el primero en hablar cuando baja el aparato de su oreja, se le nota en la expresión adolorida de su rostro cuando dirige la mirada de Yoochun a Jaejoong y de Jaejoong a Yoochun. Kim se rinde finalmente después de un par de minutos.

- Tengo que volver a, tengo que recoger a mi hermano y – les dice.

Pero nadie se mueve.

- ¿Yoochun-ah? – vuelve a intentar muy lastimosamente.

El pelinegro asiente lentamente, entonces. Cogiendo su casaca de encima de la alacena. Jaejoong no sabe qué hacer exactamente así que procura solo mantenerse muy quieto mientras las otras dos personas se hacen camino hacia la puerta.

- Esto no ha terminado – Yoochun le dice antes de desaparecer por ella.

En el siguiente par de minutos puede oír el auto de Junsu fuera de su casa, las llantas retrocediendo en su acera y luego sobre la vía, un suspiro se le escapa a Kim de los labios. Joder ¿y ahora qué? Su miembro salta entre sus pantalones cómo recordándole quien tiene la prioridad allí. Genial. Necesita una ducha muy fría.


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Jaejoong no borra el número del chiquillo de su directorio. Tan solo descansa ahí por toda una semana y quizás un par de días, en los que Kim se dedica por entero a su trabajo, las cosas parecen volver poco a poco a su ritmo original como si nada hubiese acontecido en primer lugar, rutinarias y tal cual como Jaejoong desesperadamente las quiere.

Y es que le sueña por las noches. Necesariamente. No puede parar. Y le enoja esta anticipación tan a flor de piel que le recorre el cuerpo cuando toca sus sábanas.

Tiene una libreta de notas en la mesita de noche al lado derecho de su cama con nombres que empiezan en “C” y que ha garabateado encima. Escribe unos dos por cada día que pasa, porque sabe que es mejor dejarlo ser que intentar reprimirlo, porque lo segundo definitivamente no tiene éxito alguno.

“Chris” “Charlie” escribe ese día y sus ojos queman las letras de tanto leerlas una y otra vez.

Esas mejillas tan duras, esos labios, esa nariz, no parecen un Chris ¿y Charlie, sí?

Jaejoong raya ambos y tira la libreta a donde caiga.

Su celular suena entonces.

Jaejoong se estira para tomarlo. Sus ojos analizan la pantalla, es un texto de Yoochun diciéndole que debe almorzar con ellos el día siguiente.

Jaejoong sabe que no existe excusa en el mundo que vaya a librarle de esa así que le textea un “vale” al que se hace llamar su mejor amigo y procura volver a su trabajo y no pensar en nada más.


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- ¿Sabes que no tiene sentido, verdad? – Yoochun le pregunta.

Jaejoong le ignora y continúa jugueteando con sus alverjas. Esto es lo que llaman una “intervención” así que él, cual drogadicto, no va a dejárselos sencillo.

- Ha pasado un mes – Yoochun vuelve fregar.

- ¿Y quién lleva cuentas, no? – es lo que Jaejoong le responde.

- Esto es ridículo JJ – su amigo le dice rodando los ojos, exasperado.

- Tú eres ridículo – Kim le acusa al segundo.

El pelinegro suspira.

- ¿Sabes que no puedes renunciar al amor porque no funcionó con Yunho verdad? – Yoochun intenta de nuevo y esta vez suena y luce preocupado, Jaejoong sabe, Jaejoong lo sabe tan bien que le destruye por dentro.

Su ceño se frunce, no es que Yunho se haya vuelto el Voldemort de su vida, para nada, es la idea de él simplificando esa larga etapa de su vida, de intentar como un pobre estúpido, todos su años perdidos añorando algo que simplemente no está a su alcance una y otra, y otra puta vez, siente vergüenza y rabia de sí mismo cada vez que recuerda.

- ¿Qué hay de Jeff? – entonces le dice alzando un dedo de su mano para contarle, Yoochun parece a punto de responder así que Jaejoong continúa - y Pete – alzando otro dedo - y Kreg, y Dan, Alex ¡oh! y Ben ¿recuerdas a Ben? – Jaejoong termina diciéndole entre risotadas que cesan cuando ninguno de sus amigos le sigue.

- Jaejoong – Yoochun arrastra su nombre

- Yoochun – Kim le remeda.

- ¿Puedes ayudarme aquí? - Yoochun finalmente se rinde y le pide ayuda al pelirrojo sentado junto a ellos.

Junsu alza la cabeza de su celular.

- Oh no, conozco un caso perdido cuando lo veo – el chico responde.

Jaejoong suspira.

- Solo, he terminado ¿está bien? Está claro que no hay nadie esperando por mí allá afuera y ¿sabes qué? Está bien, estoy bien así.

- Caso perdido – Junsu vuelve a murmurar sobre su teléfono.

Jaejoong vuelve a suspirar.

- Lo entiendo ¿vale? Sé que se preocupan por mí pero lo juro, estoy mejor de lo que he estado en muchos años.

- ¿Solo has terminado, así como así?

- ¿Así como así? Han sido años, creo que ya he tenido suficiente, muchas gracias.

- ¿Qué hay de Ryan?

- Ryan es un bonito recuerdo, solo eso.

- Pero puede ser algo más que eso – Yoochun se desespera, Jaejoong puede verlo.

- Yoochun, lo agradezco en serio, pero no hay cosa que puedas decirme que vaya a hacerme cambiar de opinión.

Yoochun tuerce la boca.

- No me parece – le dice – no cuando no has experimentado un amor sin toda las porquerías.

- En realidad lo he experimentado, al menos por toda una noche, un amor sin toda esa porquería y fue bonito y todo pero ¿adivina qué? Aun así estoy perfectamente bien dejándolo.

Junsu parece finalmente interesarse en la conversación y deja su móvil a un lado.

Jaejoong suspira. Sabe que se va a arrepentir de esto. ¿Pero qué más da? Quizás al contarles le quite esa especie de intimidad que tiene con el chiquillo y que parece ser la razón por la que no puede dormir tranquilo. Puede modificarlo un poco incluso. Eliminar la riña fuera del bar y dejarle sobre la acera con ese beso que siente demasiado vívido cada que se permite recordar, de cierta forma no sería una mentira del todo.

Así que lo hace, toma de su vaso de agua ante de empezar y de su boca salen las palabras, narran desde el primer momento en que el chiquillo le escudriñaba con la mirada en la barra, cada una de sus frases, sus sonrisas, cada chispa de calor en la boca de su estómago, cada mueca o expresión hasta la acera. No hay columpios, no hay encendedores ni cigarrillos.

Max no entra en su vida por segunda vez, y él no tiene un número de teléfono al cual ubicarle.

- Santo cielo – es lo que Junsu le dice cuando Jaejoong deja de hablar.

Yoochun parece querer voltear la mesa.

- Dime que le pediste su número, no sé, algo – Yoochun le exige.

Jaejoong se muerde los labios antes de mentirle. No puede decirles que tiene su número. Jesuscristo. Podría jurar que lo atarían en la silla y marcarían por él.

- Era cuestión de una noche nada más, de algo perfecto – Jaejoong alza sus manos para simular comillas – y lo tuve, y aun así estoy tranquilo dejándolo ir.

Yoochun parece legítimamente querer partirle la cara.

- ¿Qué hago con esto? ¿Puedes decirme? – el pelinegro le pregunta a su novio.

- Hyung – Junsu le dice llevándose el cabello hacia atrás – no puedo creer que le hayas dejado ir.

- Sí bueno, no es que sea en realidad perfecto ¿sabes? Es solo cosa de la magia del primer día y...

- Dios voy a golpearte – Yoochun le interrumpe.

Jaejoong siente sus mejillas enrojecer.

- Ni siquiera le conocen ¿cómo pueden estar tan seguros de que es el indicado o algo? – Jaejoong chilla ofuscado.

- No se acostó contigo Jaejoong, y sé que tienes un espejo en casa no eres exactamente Garth, y estabas borracho, y repíteme como es que has conocido a tus ex.

- Desde atrás – Junsu dice tosiendo.

Esto es indignante.

- Como sea no voy a llamarle – Jaejoong chilla muy serio hasta que se da cuenta de lo que acaba de hacer.

- Creí que no tenías su número – Yoochun le dice.

- No-no lo tengo.

Mierda. Mierda. Mierda.

- Eso es todo yo lo sostengo tú le quitas el móvil – Yoochun le dice a su novio.

Junsu realmente se pone de pie.

- Estamos en un restaurante – Jaejoong chilla.

La cara de su par de amigos es de “¿y a mí qué?”

- Vale, vale – les dice alzando las manos, volteando a ver a los demás comensales con vergüenza extrema – joder, está bien volvimos a encontrarnos hace una semana ¿está bien? Siéntense ahora – les ordena entre dientes, sonriéndoles a forma de disculpa a las cabecillas que se han volteado en su dirección.

La pareja frente a él ahoga gritos y vuelve a tomar asiento mirándole expectantes. Jaejoong siente su rostro arder.

- Pueden sólo no… - les pide bajando la mirada hacia su tenedor con ganas de atravesárselo en el cuello.

- Hyung, ni siquiera tú puedes negar que eso es demasiada coincidencia – Junsu le dice.

- No es… joder, no lo sé, estaba en una reunión cerca de mi casa y bueno, me dio su número ¿ya? Me dijo que le llamara cuando estuviera listo o algo.

- ¿Y dejaste que pasara una semana? – Yoochun le pregunta como si no se lo pudiera creer.

- Bueno no planeaba llamarle en primer lugar – Jaejoong le responde irritado.

- Pero no eliminaste su número – Junsu apunta.

Astuto hijo de puta. Jaejoong siente rubor en sus mejillas mientras niega con la cabeza.

- Así que cuando te dio su número, ¿te dijo su nombre? – Yoochun le pregunta.

- No – Jaejoong niega con la cabeza – él mismo escribió su número en mi teléfono y se grabó con una “C”

- ¿Una C?

- Sólo la letra 'C' – Jaejoong les reitera.

- Pero que listo – Junsu asiente – como si no fuera ya lo suficientemente misterioso prometerte su nombre en la primera cita, te deja una pista para que no dejes de pensar en ello, me gusta este chico.

- Ni siquiera sabías quién era hace treinta segundos.

Junsu encoge los hombros.

- ¿Bueno? – Yoochun interviene

- ¿Bueno qué? – Jaejoong le pregunta defensivamente.

- Vamos a llamarle, venga – Yoochun le dice, estirándole la mano para que le pase su móvil.

Jaejoong no puede salir corriendo de aquí ¿o sí?

- Yoochun te lo he dicho ya.

- Joder, Jaejoong ¿qué es lo que quieres? Que baje un coro de ángeles y apunte su cara para que lo entiendas.

Jaejoong desvía la mirada al piso. Esto es lo que se gana por abrir la bocota.

- ¿Puedo? ¿Puedo al menos hacerlo en casa? – les pregunta.

Yoochun no parece querer ceder.

Junsu suspira a su lado.

- Vale – le dice.

- Cariño – Yoochun reprocha.

- Vale – Junsu vuelve a repetir volviendo la mirada hacia Jaejoong – pero – le quita el móvil de las manos – voy a guardarme este número de modo que si no le llamas hoy nosotros lo haremos mañana – le dice.

Yoochun parece quedarse más tranquilo.

Jaejoong quisiera que le enterraran vivo.


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Es muy entrada la noche. Fuera del horario convencional para comunicarte con alguien con quien no tienes una confianza destacable. Así que Jaejoong en definitiva no debería mandar ese mensaje de texto.

El chiquillo probablemente está durmiendo. Es un día de semana. Pero si espera a la mañana. Yoochun y Junsu estarán aquí. Presionándole mucho más de lo que ya él mismo lo hace.

Así que lo hace.

Presiona el botón y el mensaje se ha enviado.

“¿Chester?”

Kim abandona su móvil sobre su velador una vez que lo ha hecho, han pasado semanas, probablemente el chiquillo ya ha pasado de todo esto y ni siquiera vaya a responderle.

Lo mejor que puede hacer es solo echarse en su cama, cerrar los ojos y dormir.

Jaejoong no está preparado para cuando su celular comienza a vibrar sobre la madera. Son timbradas. Alguien le está llamando.

Mierda. Mierda. Mierda

Vale, rayos.

Toma el celular entre sus manos en la completa oscuridad de su habitación que se siente extrañamente completamente alentadora. Es él. Observa en la pantalla la letra y deja pasar otra timbrada para deslizar el teléfono verde sobre la pantalla.

Sus manos llevan el celular a su oído derecho y está a punto de decir algo muy estúpido como “bueno” o “hola” o “¿Por qué mierda no utilizas los mensajes de texto? se crearon por un puto propósito, para evitar todo esto” pero la voz de Max se deja oír antes de que Jaejoong pueda decirle nada de lo anterior.

- Jaejoong – Max le llama, su voz suena rasposa como la de alguien que acaba de despertar pero se le oye suave, dulce, Jaejoong siente un nudo en la boca de su estómago al respecto - le atinaste a un par de letras.

Mierda ¿Cuáles?

Mientras la pequeña cabeza de Kim considera las posibilidades Max vuelve a hablar.

- ¿Realmente estás despierto a estas horas pensando en ello? – Max le pregunta y no es con saña, el chiquillo no intenta apuntar el hecho de que le está quitando el sueño, él solo suena asombrado, como si en realidad no pudiera creerlo y necesitara preguntar para saberlo.

Pero Jaejoong no sabe muy bien cómo responderle, porque es evidente que está despierto y pensando en esto ahora mismo, y ¿qué va a decir?

- Lo siento, creo que me equivoqué de número – le termina diciendo porque es un idiota y ¡OH POR DIOS!

¡OH POR DIOS!

- Oh que mal – Max le responde - esperaba que fueras ese tipo muy guapo del que estoy esperando una llamada.

Jaejoong desliza su mandíbula a un lado, mordiendo el interior de su boca mientras hunde su cabeza mucho más contra la almohada.

- ¿Muy guapo?

Jesús. ¿Por qué está haciendo esto? Debería solo dormir.

- Guapísimo – responde Max – Perfecto. Ojos negros, enormes, tan brillantes como el oro, como esos de los que te hablan las novelas románticas, excepto que son reales. Y su boca...todo en lo que puedo pensar es en besarla.

Jaejoong siente que se le escapa el oxígeno y no está seguro de porque pregunta lo que pregunta a continuación pero lo hace.

- ¿Por qué no lo hiciste entonces, esa segunda vez?"

- Él es complicado.

Jaejoong se muerde el labio inferior.

- Cree que no va a funcionar – Max le explica. Jaejoong puede oír movimiento de su lado del auricular quizás se ha levantado quizás se ha acomodado para oírle mejor.

- ¿Y tú crees que se equivoca?

- Creo que necesitamos una cita. Sólo para estar seguros.

Dios, este chico. Durante unos largos segundos, Jaejoong no está muy seguro de cómo responderle de manera que no dé lugar ni a una afirmativa como tampoco una negativa.

- Estoy seguro que debe estar pensándolo – finalmente le dice.

- Espero que sí.

Hay un silencio en el que Jaejoong solo juega con sus manos.

- ¿Y entonces empieza con Che de Chester? – le pregunta.

- Lo siento, eso es incorrecto, muchas gracias por participar. Tiene acceso a este encantador premio de consolación que le garantiza la respuesta correcta sin embargo.

Astuto hijo de puta. Dios, ¿cómo puede ser tan encantador, incluso por teléfono a las 3 am?

- ¿Es un carro? – Jaejoong le pregunta incapaz de contenerse a sí mismo.

- Es más alto. Más castaño. Más guapo. Y le gusta tu sarcasmo.

- Suena como un Rolls Royce negro.

- ¿Es ese tu color favorito? ¿No es un poco cliché?

- Cierra el pico.

Max ríe despacio. Jaejoong no puede evitar reírse también.

- ¿Ha funcionado alguna vez para ti? – Jaejoong le pregunta porque sí quiere saber porque este chiquillo está tan empecinado con él.

- Siempre hay una primera vez – es lo que Max le responde

Jaejoong niega con la cabeza en su teléfono y desea hubiera ido a dormirse hace mucho.

- Iré a dormirme ahora.

- Buenas noches, Jaejoong.

Jaejoong cuelga la llamada y pone su teléfono en la mesita de noche, mordiendo su labio inferior y sintiéndose demasiado despierto como para intentar si quiera conciliar el sueño.

Joder. ¿Qué es lo que está haciendo?

Su corazón palpita con fuerza dentro de su pecho hasta que el sol se alza en el cielo.


CONVERSATION

3 comentarios:

  1. Jajajajaja pudo más que tu!
    Te amaré por siempre mocosa! aunque reniegue de ello. Luego me explayaré...... estoy en modo ninja e.e

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  2. Estas sacando toda la stevia de mi corazón Kimmy. Es perfecto, hasta ganas de enamorarme me dan :) Gracias, espero tengas tiempito para continuarlo prontito

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  3. Es hermoso literalmente. El leerlo ha aumentado mi px de ad y sx de AMPc en mis células, me encanta, continualo :DDD

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Dejenme sus dudas, insultos o comentarios. Amo el feedback, Es aleccionador :3

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