BRIGTH - Ichinen Nikagetsu Hatsuka [1/4]


Será un miniserial después de todo jojojo, hasta el domingo entonces, tres capis aun no lo termino y he escrito harto pero necesitaba al menos subirlo en partes porque sino no me dejaba estudiar jajaja. Dedicado a la ketchup que tiene un nombre raro últimamente espero te guste tiene shota y todas esas cosas raras que te gustan (?) e___é


Cuando Jaejoong conoce a Changmin, no está emocionalmente disponible. Acaba de terminar una relación de tiempo que le avergüenza admitir, con el que realmente creyó sería el indicado, su ahora ex pareja quien está probablemente recogiendo sus pertenencias de su departamento mientras él está sentado en un bar intentando perder la conciencia.

Cuando Jaejoong le ve en la barra alto, castaño y hermoso, labios húmedos de la cerveza que sostiene entre sus manos y más importante ojos fijos en él, lo cierto es que le odia, porque su alma entera le grita rebote y Jaejoong se ve obligado a recordarse así mismo que no es más que su despecho y su alma tan rota y necesitada de cariño, que definitivamente no puede ni mucho menos debe, así que no, no está teniendo sexo de una noche, sobretodo cuando dicha noche es la misma en la que ha terminado con su prometido.


Pero honestamente ignorarlo es algo difícil.

No porque no haya recibido este tipo de miradas antes, sino porque, bueno, nunca ha sido de un tipo así de atractivo. Dios, es tan alto. Jaejoong puede saberlo aún sin necesidad de verle de pie. Cerquillo color castaño cubre su frente y perfila los huesos de sus mejillas, acentúa sus ojos marrones y la nariz perfecta debajo de ellos. Lleva una camisa a cuadros encima de un polo básico y vaya que hay músculos esbeltos dibujándose debajo.

Jaejoong puede apreciar la belleza en las formas humanas y que le quemen los labios pero debe admitir que si lo que estuviera buscando fuera un rebote entonces ese chico no solo encabezaría la lista, sino que tendría toda una maldita página, explicando razones, para él solito. Pero Jaejoong no está haciendo eso. 

No. Jaejoong ha terminado con los hombres para bien.

Con todos ellos. Con todos y cada uno de ellos.

El pelinegro desvía su mirada a la tele, está dando algún partido el cual podría pretender mirar si no tuviera el corazón hecho pedazos por un puto futbolista para variar. 

Cuando vuelve a alzar la mirada entre su total ofuscación, ojos castaños están a su lado. 

- No estoy buscando un agarrón – Jaejoong le dice entonces, antes de siquiera permitirle hablar.

- Es una pena – es lo que el chiquillo le responde, sonrisa grande y dientes blancos – porque…digo realmente te lo pierdes – Jaejoong le cree – pero – el chiquillo continúa – ¿quién dice que busco un agarre?

Sus labios lucen tan rosas en contraste con sus dientes blancos cuando suelta la pregunta al aire junto a sus muchas feromonas.

- Tus ojos – le responde Jaejoong entonces, rápido y casi sin pensarlo, como cuando te preguntan la tabla del 2, un simple reflejo.

- ¿Estás diciéndome que puedes leer mentes con solo ver los ojos de una persona?

El chiquillo no le da tiempo a Kim para responder la pregunta, solo toma asiento a su lado en la barra con interés claro sobre sus pupilas y voltea hacia él apoyando sus codos en sus muslos para poder verle bien a la cara. Jaejoong piensa en protestar pero no lo hace.

- Así que dime ¿en qué estoy pensando justo ahora?

- ¿Que voy de coña? – Jaejoong le dice algo así como riendo por primera vez en esta mierda de día.

El castaño niega con la cabeza pero hay una gran sonrisa en su cara.

- Pienso en que tienes ojos bonitos – le dice y parece tan sincero que Jaejoong se siente como cuando mamá le juraba era el hombre más guapo del universo.

- ¿Mis ojos? – le pregunta sin creerle una sola palabra – pues me  pareció que eso era lo último en lo que pensabas desde allá – Jaejoong le señala el sitio en el que el otro había estado sentado momentos atrás, alzando sus cejas y desaprobándole con su ceño.

- Pensaba en muchas cosas desde allá – el chiquillo le responde con verdad bruta y no se lo dice de una forma siquiera sugerente pero Jaejoong puede sentir cierto calor recorrerle el cuerpo – pero ¿acaso puedes culparme? Digo mírate. 

El mayor intenta rodar los ojos pero lo único que puede expresar su rostro es una pequeña sonrisa de lado. Halagado está, no va a negarlo.

- Y digo mírame – el chiquillo continúa, porque debe arruinarlo, es su deber, balancea su cabeza para sostenerla en una de sus manos y es algo adorable para que mentir – ¿qué? ¿Vas a decirme que no lo pensaste siquiera por un segundo?

¿Qué demonios es este niño? Jaejoong exhala su indignación y niega con la cabeza mientras termina de un último sorbo su mojito.

- Público exigente – bromea el castaño con una sonrisa, para luego pedirle al barista un par de cervezas y ofrecerle una a él.

Jaejoong la acepta, sus manos se tocan apenas y Kim decide ignorar sus zorras hormonas. “Estás despechado”, se dice. Estás solo hambriento de afecto que un par de horas es lo máximo que va durar.

- ¿Cuántos años tienes de todos modos? ¿Puedes siquiera estar acá? - le pregunta, intentando desviar el rumbo de la conversación y porque honestamente no hay forma de que el chico pase los 21.

- Soy completamente legal si es lo que te detiene – el chiquillo le responde.

Jaejoong suspira su derrota.

No es eso lo que me detiene, en realidad.

El castaño alza una ceja mientras se lleva su cerveza a los labios. Está bastante cerca al otro pero no siendo inapropiado. Jaejoong lo aprecia, pelearse con algún idiota no está en su lista de cosas por hacer esta noche. 

- Demasiado perfecto – susurra entonces, acunando su cerveza entre sus manos.

Yunho lució exactamente así aquel día que le conoció en la boda de una amiga, los ojos se le enrojecen un poco ante el abrupto recuerdo, “debo lucir ridículo” es lo que piensa, no sabe que Changmin si piensa algo justo ahora es exactamente lo contrario.

- Eso suelen decirme – el castaño bromea intentando aligerar el ambiente.

- Es mentira – Jaejoong le dice entonces, recostándose sobre la madera de la barra, resignado y cansado mientras juega con los bordes de su botella – ¿lo sabes verdad?

Changmin encoge los hombros. Jaejoong bufa su desesperanza.

- Es perfecto ahora, eres perfecto ahora – le explica – tienes los ojos, la sonrisa, las palabras, dios, probablemente si juego tus cartas y te sigo a casa tenga una noche maravillosa pero ¿no todos lo son el primer día? ¿Qué hay de mañana? Cuando te vea a la luz del día, ¿qué hay del día que le sigue? He estado justo aquí tantas veces – no planea decirle ni la mitad de lo que le dice pero de pronto es como si no pudiera detenerse – el ciclo comenzará de nuevo, será un año, dos meses y veinte días y entonces todo se habrá terminado.

- Bueno…nadie dijo que sería sencillo – el chiquillo le dice.

Jaejoong le observa con tanta pena, es todavía joven y probablemente aún no le han roto el corazón las veces suficientes.

- Pues yo me he rendido – le dice finalmente – no voy a encontrarle, demonios, quién sabe si el mío se murió ya y me dejó gravitando entre tanto pendejo.

Vale lo último abandona con mucho resentimiento sus labios. Pero ha terminado una relación muy larga, cree tiene el derecho de sentirse molesto o triste o cómo mierda se le antoje. Uno de los equipos anota un gol y mitad de la barra vitorea en respuesta.

- No piensas negarle esto al mundo realmente ¿o sí? – el chiquillo le dice señalándole y luce tan genuinamente horrorizado ante la idea que Jaejoong quiere golpearle un brazo para hacerle callar.

- Pues lo siento por el mundo – es lo que le responde.

- Estás diciéndome que estarás solo por lo que te resta de vida 

- Bueno ese es el plan.

El chiquillo ríe.

- ¿Vas a decirme tu nombre, Peter Bretter? - le pregunta luego de ordenar otro par de cervezas. 

Jaejoong no puede evitar sonreír ante el apelativo.

- ¿No sabes cuándo cerrar el pico, verdad?

- Dicen que es parte de mi encanto.

No que Jaejoong esté pisando el palito pero este niño cortejándole tan descaradamente en realidad no le fastidia.

- ¿Parte?

- Créeme cuando use todo mi encanto todo el bar va a notarlo – la sonrisa está de nuevo ahí, Jaejoong quiere arrancársela de la cara cual caricatura de Bugs bunny y el pato Lucas, dios, sí que va borracho.

- Pues yo no estoy del todo convencido, la verdad, y ¿puedes ya dejar de mirar mis labios? – le reclama, llevándose la cerveza a los susodichos para tratar de protegerlos de alguna forma.

- Me temo que eso es bastante imposible, señor Bretter.

Jaejoong sonríe una vez más.

- ¿Se supone que debo llamarte Rachel?

El castaño suelta una risa ligera.

- Cariño, con esos labios puedes llamarme como mejor te parezca – los ojos del chiquillo brillan prometiendo cosas que Jaejoong por pudor no podría decirlas en voz alta – pero puedo confiarte mi nombre, si tanto te mueres por saberlo – continúa diciéndole, alejándose un poco para que Jaejoong sienta la falta de su exquisita colonia ahogándole el aire.

Niñato engreído.

- Para nada, estoy bien así.

- No tienes que intimidarte, suelo tener este efecto en la gente – Changmin le presiona, sonriendo casi felino – no eres solo tú, te lo prometo.

Las entrañas del mayor se revuelven dentro de su abdomen.

- ¿Es este todo el encanto del que hablabas? - Jaejoong le pregunta entonces, intenta burlarse pero falla miserablemente, anda borracho no pueden pedirle mucho.

Además ¿qué no dicen que los únicos que dicen la verdad son los niños y los borrachos? Jaejoong no está en la posición de poder controlar su lengua justo ahora.

- ¿Por qué lo dices? ¿Es que te está afectando? - la pregunta es apenas un susurro pero Jae le oye a la perfección, sus palabras incluso reverberan en su cerebro intoxicado con todo y amplificadores.

- No voy a acostarme contigo – le repite Kim o quizás se lo repite así mismo, ya no está tan seguro.

- Lo cierto es, señor Bretter, que por más que le quiera debajo de mí, completa y absolutamente abandonado a mis brazos, creo que preferiría reservarme la oportunidad, esta noche solo quisiera conocerle mejor.

- Eres solo un fanfarrón – Jaejoong se ríe en voz alta, siente un gusto tan grande en la boca de su estómago que no sabe como menguar.

- ¿Qué puedo decirte para que me creas?

- Pues la verdad.

- Vale – el chiquillo lo considera por un momento – como mantener cierto anonimato me hace interesante me saltaré los datos del documento de identidad.

- Lo sabía, ¿no tienes 21 aún verdad?

El castaño se ríe.

- Oh señor Bretter creí que mi edad era la última de sus preocupaciones.

- Bueno, tampoco planeo ir a la cárcel.

- ¿Qué está pensando hacer conmigo que amerite castigo penal?

- Cierra la boca – el chiquillo literalmente le obedece, y Jaejoong se ve obligado a mirarle los labios por segundos interminables – Jesucristo sólo… – Jaejoong le grita escandalizado y luego voltea a darle un vistazo al bar avergonzado.

El resto de personas parecen no haberlo notado y Jaejoong no entiende, porque si este no es el encanto de ese hombre al 100% entonces en serio está en serios problemas.

- Soy un bibliotecario, aspirante a escritor, odio los gatos, me gustan los niños plan de no descartaría tener mi propio equipo de fútbol, me gustan todas las estaciones del año siempre que vista la ropa adecuada, odio que la gente no tape el dentífrico después de usarlo o use zapatos dentro, tengo esta manía de tomar completos desconocidos que veo en la calle o el metro y hacerlos participes de historias con una final feliz, amo a mi familia aunque suelan sacarme de quicio, mmm creo que soy algo celoso, tengo una debilidad por los chicos guapos pero no de los que pones tan solo en vitrinas sino de esos que tienen un cerebro aquí arriba, de los que saben soltar un te quiero y no tienen arrepentimientos, ya sabes, de los que te dejan despierto en la madrugada con la frustración a flor de piel y el corazón latiendo a mil por minuto.

- Vaya que eso fue chicloso – es todo lo que Jaejoong puede decirle porque es todo una mentira, todo es una mentira.

- Creo que olvidé mencionar que son novelas románticas las que escribo.

- ¿Dónde demonios estabas hace 5 años? - Jaejoong bromea bebiendo más de su cerveza porque honestamente no tiene más que aportar.

El chiquillo alza los hombros.

- Si solo – el mayor suspira contra su cerveza – quizás entonces podríamos haberlo intentado.

- ¿Y porque no ahora?

- ¿Qué ya no te expliqué el porqué?

- Oh claro tu ex-novio el futbolista – Jaejoong no necesita preguntar cómo, el castaño le explica señalando la pantalla que tienen enfrente - has ignorado ese televisor olímpicamente desde que has llegado aquí.

- Si bueno, como sea.

Changmin se remueve inconforme sobre su asiento.

- ¿Puedo preguntar cómo demonios lo hizo? Digo llevo unas dos horas aquí a tu lado y no he podido sacarte ni tu nombre y eso que puedo decir por críticas previas que soy muy bueno.

- Puedo decírtelo si tanto te mueres por saber – Jaejoong le remeda.

- ¡Y un demonio Peter! has hecho que quiera ganármelo.

- Es solo mi nombre…

- Pues desde aquí se siente como mucho más que eso – los ojos castaños están ahí de nuevo ¿hay manera humana de detener a ese muchacho?

- Rachel – le advierte con su tono de madre.

- Peter – el otro le remeda.

Jaejoong suspira. No puede entender cómo puede siquiera seguir conversando con la cantidad de alcohol que tiene dentro.

- Hicimos equipo de charadas en la reu de una amiga que teníamos en común, y no sé, era como si me leyera la mente, y yo apesto para esas cosas, ya te digo, pero él, me entendía… de alguna manera y yo solo no sé, de pronto le vi y no pude dejar de mirarle.

- Vaya.

- Sí bueno – Jaejoong se lleva las manos al pelo, peinándose hacia atrás intentando hacer algo con sus manos, más que nada, su historia con Yunho a pesar de todo, había sido bonita.

- ¿Y que pasó luego?

- Tuvimos sexo en su carro.

- Eso escaló rápido – el castaño ríe de buena gana, Jaejoong odia que luzca tan universalmente atento a cada una de sus palabras.

- No puedes juzgarme hasta que le veas sin polo – Jaejoong le dice.

- ¿Le viste sin polo? ¿Qué clase de charadas juegas?

- Quizás le cayó un poco de salsa en la camiseta.

- ¡Oh no lo hiciste! Oh Peter sí que te he subestimado – ambos están riendo tanto que sienten que van a asfixiarse.

- Era la única manera de saber – el mayor intenta excusarse pero Changmin no le cree una palabra – ¿Es demasiado pronto para pedirte matrimonio? – el bibliotecario le pregunta.

La mano de Jaejoong estampa contra su pecho en un gesto amistoso de hacerle callar, el cual paradójicamente deja de serlo al segundo cuando Jaejoong siente la piel debajo. El corazón del chiquillo rebota contra la palma de su mano. Ba dump. Ba dump.

- Jesuscristo – Kim susurra apenas.

Es entonces cuando Mateo el dueño del bar rompe en carcajadas. Jaejoong siente su cara arder, su mano se quita como si hubiera tocado carbón hirviendo.

- No era mi intención interrumpir – les dice, mordiéndose los labios para no dejar escapar otra carcajada – pensaba recogerles las botellas y bueno – se disculpa con una media sonrisa - se nota que eres un buen chico – le dice ahora dirigiéndose a Changmin - así que no te preocupes si sigue dándote tanta pelea yo me encargo de ponerle algo a su próxima cerveza – Mateo le dice guiñándole un ojo.

- ¿Porqué te pones de su lado? ¿Podría ser un psicópata? Son socialmente competentes ¿Qué no ves criminal minds? - Jaejoong chilla.

- Cariño, la única razón por la cuál no he llamado a un taxi aún es él, la siguiente va por mí – les avisa para luego volver a su labor de mezclar tragos y colores.

El castaño vitorea tamborileando sus palmas en la mesa.

- Esto es increíble – Jaejoong le dice, las mejillas aún algo prendidas.

- Él me agrada.

- Por supuesto que lo hace – reniega Jaejoong entre dientes.

Changmin le da un sorbo grande a su cerveza.

- Entonces ¿quieres devolver tu mano a donde estaba? porque estoy perfectamente cómodo con el manoseo en público.

- Creo que mientras menos toque mejor estaré – Jaejoong le dice en un asombroso ataque de conciencia.

- ¿Asustado, Peter?

- Un poco, pero no de ti.

- ¿De quién entonces? - Changmin le dice analizando al resto con ojos entrecerrados – él no luce tan aterrador si le imaginas con un bigote mejicano la verdad – le dice señalando al barista.

Jaejoong esconde la cabeza entre sus brazos para privarse de reír.

- ¿Sabes? - Changmin le dice entonces, acercándose a él como si fuera a confiarle un secreto, sus labios casi rosan sus oídos – haces esta cosa con tu boca cuando intentas no mostrar cuan a gusto estás, es deleitante.

Jaejoong alza la mirada de su escondite y sus ojos se encuentran con los del castaño, tal vez dure un segundo o más pero Jaejoong tiene de pronto ganas de solo inclinar un poco la cabeza y juntar sus labios con los del otro.

- Estoy muy borracho – es lo que Jaejoong le dice en cambio – quizás ya sea hora de irme a casa.

El bibliotecario no trata por un segundo de esconder su decepción. Jaejoong termina el resto de su cerveza de un tiro. Saca su teléfono de sus bolsillos y llama a un taxi. Changmin espera a su lado terminando su cerveza mientras él termina de brindarle las indicaciones al taxista. Jaejoong quiere desaparecer rápido pero duda si quiera va a poder llegar a la puerta sin ayuda.

- Quizás vaya a necesitar de una mano – le dice cuando intenta ponerse un pie y efectivamente todo le da vueltas.

- ¿Estás seguro de que no quieres llamar a nadie? – el castaño solo le pregunta, no luce incómodo solo…decepcionado.

Jaejoong asiente como puede. Las manos de Changmin le sostienen por la espalda, entonces, y rodea un brazo por su cintura, prácticamente le abraza para estabilizarlo y Jaejoong no sabe cómo dejar de sentirse así de bien como se siente.

- ¿Todo bien? – el castaño le pregunta.

Más que bien, muchas gracias. Jaejoong absolutamente no le dice. Changmin le saca afuera y recibe unos pulgares arriba del barista en el camino. Oh si solo. Quiere decirle.

- ¿Siquiera has traído algún abrigo? vas a congelarte acá – Changmin le dice cuando salen fuera.

Jaejoong quisiera que solo se callara. Quisiera guardarle en sus recuerdos solo así, perfecto. Sin un mañana. Solo un hoy. El castaño de las palabras bonitas y las cervezas y todo aquello que Jaejoong no podrá encontrar otra vez.

- Tus manos son cálidas.

Changmin sonríe. El aliento escapa de su boca y colorea de blanco el aire. Sus brazos le atrapan, para intentar contrarrestar el frío. El moreno es enorme y fuerte. Jaejoong podría dormir apaciblemente entre sus brazos por siempre.

- ¿Esto cuenta como manoseo en público? – le pregunta intentando dejar de pensar.

Changmin se tensa en sus brazos

- No estás siendo muy justo, Peter – le dice, su voz resuena dentro de su caja torácica y Jaejoong puede sentir los ecos a través de su espalda – estoy tratando de dejarte ir aquí.

- Nada de esto es real, Rachel.

- Te sientes bastante real entre mis brazos, déjame decirte.

- No soy nada de lo que crees que soy, lo único que no odio son los perros, todo lo demás me causa repulsión.

- Pues yo no escucho más que perfección hasta ahora.

- Pues no estás escuchando con atención.

El castaño suspira con exasperación en su hombro. Jaejoong siente los escalofríos.

- Puedo repetir cada sola palabra que me has dicho hoy, como un mantra si así lo quieres, y no pararé de hallarte perfecto en cada reproducción.

- ¿Qué quieres de mí? – Jaejoong le pregunta entonces, exasperado a su vez, empujándose de su cuerpo, ve su taxi voltear la esquina, Changmin lo nota también.

- Bésame.

- No.

- No voy a volver a verte – Changmin le pide con casi desesperación, como si no pudiera creer que está dejando que esto pase – quizás no vuelva a verte jamás.

- ¿Porqué te empeñas en arruinarlo? – le grita Kim, está tan borracho y gotas de lágrimas resbalan por sus mejillas porque ha terminado con su prometido esa tarde, y no habrá nadie esperándole en casa y en verdad quería intentar contrarrestar la miseria con un bonito recuerdo del chico del bar, de la utopía de un primer día con solo sonrisas y reacciones adrenérgicas y ahora todo cuanto tendrá será otra pelea.

Otro recuerdo más de cómo las cosas en realidad no funcionan cómo uno lo espera. Cómo nunca parece ser suficiente. Cómo la pared frente a él no se vuelve más que grande cada vez que la enfrenta. Cómo todo es solo una mierda. Y simplemente no vale la pena.

Las manos del castaño le toman las mejillas. El taxi se estaciona a un lado de la acera. Las llantas suenan cuando el auto se detiene a un lado de ellos. Pero Jaejoong no puede dejar de ver esos ojos marrones.

- Más temprano cuando te dije que pensaba que tus ojos eran bonitos, no te mentí pero lo cierto es que pensaba otra cosa justo entonces, pensaba que tal vez te había encontrado, que quizás eras tú, quería que lo fueras, Peter, sé respetar el espacio de las personas, no voy hablando con gente que obviamente acaba de terminar una relación, pero sentía que si no lo hacía ahora entonces no volvería a tener oportunidad, y nunca me hubiera quitado la duda y ahora lo sé, lo sé con seguridad y pasa que ¿tengo que dejarte ir?

- Es que no es…

- No, cállate un segundo, lo sé ¿vale? esto está lejos de ser perfecto, pero por dios te juro, que no lo preferiría de otra manera.

Jaejoong le besa, entonces. Presiona sus labios contra los del más alto, le sostiene la nuca contra su cuerpo, y siente se vuelve nada y todo bajo él, Changmin es sublime, es calma, es la caricia de apenas una pluma en un parte de su cuerpo que nunca antes había sentido, Jaejoong se pierde entre lo que siente y lo que quiere sentir, sus dedos acarician su piel tersa, los pequeños vellos faciales que presumiblemente rasura cada mañana, toca el hueso de su mandíbula, la piel detrás de su oreja, le mapea todo el rostro con sus manos y le graba, le respira, le prueba hasta la última esquina, procura guardar su aroma a libros viejos, madera y notas medias de canela en lo profundo de su ser antes de subirse al taxi y dejarle ir.

CONVERSATION

6 comentarios:

  1. Oh Dios que puedo decir Kim llegaste para acabar con esta sequía que estaba sufriendo de MinJae asdfasdfasd

    Gracias, estuvo perfecto, me encanto, si me gustan esas cosas raras xDD fue genial la conversasion los nombres todo jaja estare esperado por las demas partes <333 no tardes demasiado siiiii

    Su

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  2. Oh es tan romántico...Yunho rompió el corazón de Jae ;O;...pero supongo que está bien si estos dos se quedan juntos. Changmin es menor, decente, adorable e insoportable, genial XD Espero la segunda parte con ansias :3

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  3. waoooooooooooooo hermoso, romántico, necesitaba leer algo así, excelente, excelente!!!!! Sube la otra parte por fa, este fanfic está perfecto!

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  4. Kimmy otra vez me dejas sin respiracion, no se todavia como pude tardar tanto en leerlo. Te ADORO ya te lo habia dicho no????
    Es perfecto asi como está, porfitas no demores mucho en continuarlo <3

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  5. Kimmy... mi Kimmy bonita.. te había extrañado tanto ;3; <3 ... me encantan este tipo de sitaciones, asi muy al estilo comedia romantica americana... pero dios... está tan perfecto... me hacia falta leer Minjae... continuacion por favorsito <3

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  6. Me detenía cada tanto cuando leía, y es que, decía: está perfecto, está perfecto, no quiero acabarlo. Y creo que como JJ, quiero recordar esta escena por siempre.

    Muchas gracias, ya estrañaba leer algo de MinJae por aquí <3

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